Voluntariado en RD del Congo ODS 17
Dr. Juan José López Jiménez
Agente de Cáritas y Arte-Terapeuta Gestalt,
Geógrafo, Gerontólogo e Investigador social
CARTA a la comunidad claretiana de RD CONGO
24 de julio de 2022
Querida comunidad claretiana de RD Congo:
Hace dos meses que regresé de un viaje por la tierra africana de RD Congo acompañado por vosotros -y especialmente por Stephan-, siendo una travesía enriquecedora por su diversidad y transformadora en mi ser que ahora tengo el tiempo y la serenidad para compartir.
La vuelta ha sido muy rápida y llena de obstáculos esta vez…. Apenas he tenido tiempo de dejarme sentir todas las cosas vividas por el trabajo que me esperaba en Cáritas y muchas gestiones personales importantes.
Ahora, tras varias semanas me detengo a ver las fotos, los pequeños videos y a leer mis notas y la emoción me envuelve en una atmósfera llena de colores, de olores y de voces del Congo. Es como si pudiera tocar a miles de kilómetros el alma de tantas personas, saboreando lo dulce y amargo que nos trae la vida en todas sus dimensiones.
Ha sido un privilegio vivir la Semana Santa con las comunidades de Badara. Cuando me veo bailando y cantando con ellos siento que formo parte de esa misma humanidad que contempla un majestuoso atardecer al encender la llama de la resurrección. Las familias de Kindi nos acogieron como en casa, y compartimos sus inquietudes y anhelos, el trabajo de los hombres en la construcción de la maternidad, jugando con los niños, cantando con las mujeres, y paseando por la tierra rural de todos. Un proyecto comunitario emerge en un lugar del mundo. Estando en Kikwit, con la comunidad claretiana que tan cariñosamente nos acogió, irrumpió el acontecimiento de la partida del padre Robert. Otra oportunidad más para vivir un espacio con la familia claretiana africana.
Tuve la oportunidad de volver a ver la Pediatrie y de recordar mi penúltima estancia por allí. También de estar con el proyecto para mujeres jóvenes de Creer en Ellas, y disfrutar de las valientes mujeres voluntarias que lo llevan a cabo, casi todas argentinas.
Fuimos a Kasumbalesa, un lugar especial para mí. Realmente quedé impactado por esa tierra y sus gentes. Allí la comunidad claretiana vive pobre entre los pobres y ojalá llegue pronto la realidad de una parroquia en Kamakaya II. Un proyecto social es necesario en medio de tanta diversidad de desplazados (Kananga, Kasai, MbujiMai y Balubakati), de lenguas, de empobrecimiento (sin formación, sin trabajo), así como un par de pozos.
En Kinshasa seguimos en varias ocasiones las obras de la escuela de secundaria de Cham de Tirs. Hace tres años, era un proyecto… hoy es una realidad.
El mejor recuerdo de fraternidad lo tengo en la convivencia y estancia en la curia claretiana con la comunidad de hermanos. Cada momento de compartir la comida era una fuente de risas, de anécdotas, de noticias, de experiencias. Las incertidumbres, alguna lección de guitarra, el vernos acompañados en nuestros paseos y compras cotidianos, el afán de cada día. Las vidas de todos vosotros las llevamos Eva y yo en nuestro corazón, y las ponemos en manos del Padre cuando os traemos a la oración.
Gracias por el transporte. Nunca viví tantas incidencias en los desplazamientos en tan poco tiempo: caminos casi imposibles de atravesar, una batería de coche agotada, dos pinchazos, una rotura del tubo de escape, un avión a Lubumbashi que no quería despegar, …
El programa fue intenso y rico. La vivencia fue profunda y excelente. La convivencia fue un regalo gracias a ustedes. GRACIAS por todo lo recibido y ojalá podamos dar algo de nosotros para esta tierra africana.
Un apunte para el futuro: preferiría estar más tiempo en menos lugares (en dos o tres). Además, tengo guardada la esperanza y la intención, de poder ir a KINGANDU en el próximo viaje a RD Congo, como prioridad, a convivir con el proyecto comunitario llevado por el misionero Franco Torres. Esta vez no pudo ser, pero será.
He atravesado caminos diversos, de agua, de barro, de asfalto (pocos) y de tierra… mucha tierra buena, y el compromiso sigue adelante. Sigo sensibilizando desde este lado del mundo, desde la vieja Europa, para lograr conseguir los medios que permitan cofinanciar alguno de los proyectos que Stephan me presentó. Ya me reuní con la comunidad CLIP, y a primeros de agosto lo haré con la comunidad CORINTO. Seguramente ambas comunidades en octubre habrán tomado ya una decisión de qué proyecto apoyar y con qué cantidad de dinero para 2023.
He escrito un artículo de sensibilización sobre el tema de inmigración africana hacia Europa en la órbita claretiana internacional: La frontera del miedo . Pronto haré otro sobre la experiencia vivida con vosotros y las gentes de RD Congo.
Estoy dispuesto a acompañaros en la labor de crear un espacio para el voluntariado en RD Congo. Me ofrezco a colaborar no solo en su gestación y preparación, sino también en su ejecución., incluso contando con mi acompañamiento de las personas que quieran ir allá.
Siento una profunda gratitud por el regalo de este viaje y en particular, a los padres Jean Baptiste Makilandi y Miguel Ángel Velasco que confiaron en mí y pusieron su dejar hacer al Espíritu, en medio de tanta incertidumbre. Espero haber podido estar a la altura de las expectativas.
MUCHAS GRACIAS comunidad de misioneros claretianos, delegación de RD Congo.
Os envío un abrazo fraternal a 7.000 km de distancia, con el sentirme un solo corazón a vuestro lado, y la mirada puesta en la tierra africana, desde el sur, para construir un mundo mejor, vivir en paz y ser pleno en humanidad.
Juan José López Jiménez
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