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“Una tierra, una familia, un futuro” (II) Liderazgo dialogado

por | May 24, 2023 | Sin categoría | 0 Comentarios

“Una tierra, una familia, un futuro” (II)

Liderazgo dialogado

Miguel Ángel Velasco cmf

Licenciado en Teología Sistemática

Máster en Desarrollo y Diplomacia

Un mundo multipolar, unipolar, bipolar o…

¿Cómo es el mundo en el que estamos? ¿Es multipolar, es decir, hay un grupo importante de países que coordinadamente deciden sobre el mundo? ¿Es bipolar, con dos potencias mundiales comparables, como lo fueron en la Guerra Fría EEUU y la URSS? ¿Es unipolar, como en los años posteriores a la caída del Muro de Berlín, con Estados Unidos como potencia hegemónica? Tratemos de hacer un breve análisis de posibilidades.

China

Partamos de la idea de que Estados Unidos ha sido, hasta ahora y desde el colapso de la URSS, la nación hegemónica; ¿sigue siéndolo? Muchos volvemos la vista hacia el gigante chino, pero hay algunos problemas para considerar que China está al nivel de los EEUU. Las diferencias son muy significativas, a favor de estados Unidos, respecto al sistema productivo, los avances tecnológicos, la renta per-cápita, los equipos de investigación, las universidades, la capacidad militar por tierra, mar y aire. Todo esto, sin hablar de la estabilidad real que da a un país contar con un sistema democrático; aunque Estados Unidos tenga muchas cosas que revisar del suyo. China es un país enorme, con un enorme Producto Interior Bruto que, aún es fundamentalmente, la gran fábrica del mundo; es una gran potencia con mucha influencia internacional pero lejana de lo que representa EEUU.

China se ha aprovechado enormemente de su entrada en la Organización Mundial del Comercio, sin cumplir algunas de los principios de la economía liberal, exigidos al resto de los países; por cierto, la decisión de dar cabida a China en la OMC en esas condiciones, fue tomada por los EEUU, el que tiene el poder decisorio real en la OMC. El crecimiento de China ha estado basado en la fabricación de todo tipo de bienes de bajo valor añadido o de componentes para ensamblaje de productos de alto valor añadido, procedentes de los países occidentales. Ha comenzado una fuerte expansión tecnológica, pero en la actualidad, es una enorme nación de estructura económica media, que no ha dado de manera generalizada, el paso a ser una economía moderna en su todo sistema productivo. Existen muy significativos desequilibrios entre las poblaciones de la zona de los grandes ríos del este y de la zona interior y del oeste. La media de edad de los ciudadanos chinos está aumentando y la natalidad está descendiendo, lo mismo que desciende el número de habitantes y los jóvenes en edad de trabajo. Se puede aventurar que en unas décadas puede tener un problema demográfico semejante al de Europa, pero sin haber dado el salto a ser una gran potencia productiva innovadora, salvo en algunos campos.

La pandemia del COVID-19, la invasión de Ucrania y la posible, aunque improbable, invasión de Taiwan, están provocando el traslado de muchos centros de producción occidentales a Corea del Sur, Vietnam, Indonesia o el retorno a los países donde se encuentran las empresas matrices (EEUU, UE, Japón, Corea del Sur). La relocalización de empresas y los miedos y reticencias provocados por China están haciendo mella en una economía no suficientemente equilibrada.

La Unión Europea

La Unión Europea es, en la actualidad, un bloque de 27 países que prácticamente se identifican con el espacio europeo; la mayoría de los países que no forman parte de la UE, pero sí son parte de Europa, desearían formar parte de la Unión. El giro histórico que produjo la decisión de Alemania y Francia de unir fuerzas para forjar una Europa sin guerras ha dado su fruto; no obstante, las cosas van necesariamente más despacio de lo que algunos desearíamos. La invasión de Ucrania por la Rusia de Putin ha acelerado la toma de conciencia de la necesidad de una Unión Europea que no influya en el mundo SÓLO a través de la “soft diplomacy” (diplomacia suave basada en subvenciones y ayudas) sino también a través de una relevancia cohesionada en defensa militar.

Las estrategias comunes respecto a la Agenda Verde y la Agenda Social, la creación de un Parlamento elegido directamente por los ciudadanos, las normas comunes en economía, incluso la flexibilización respecto a la inflación y el tope de deuda externa, hablan de una Unión Europea que camina lenta pero decididamente hacia una realidad entre federación y confederación de estados. La invasión de Ucrania ha servido de catalizador para reemprender una construcción cuasi-federal de la UE, que había quedado detenida. La Unión Europea es, claramente, un socio de Estados Unidos, pero los matices diferenciales, a veces bastante más que matices, hacen ver diferencias importantes respecto a leyes sociales, valores y posicionamientos en las relaciones internacionales.

India

India es ya, el país más poblado de la tierra. Es el quinto país del mundo por Producto Interior Bruto (PIB): US$3.498 miles de millones para 2022 ¿Podría ser el sustituto de una China hostil a Occidente, especialmente a EEUU? India, forma parte del G-20 y, en concreto, 2023 es el año en el que está presidiendo este “foro” en donde están representado el 80% de PIB del mundo. La invasión de Ucrania ha sacado a la luz su claro deseo de independencia en relaciones internacionales respecto a Estados Unidos, Europa, China o Rusia. Las relaciones de India con China son conflictivas debido, especialmente, a los contenciosos fronterizos en Cachemira y Arunachal Prades (en las fronteras del Himalaya oeste y este). A pesar de estos conflictos fronterizos muy peligrosos para la seguridad mundial, las relaciones comerciales entre los dos gigantes demográficos son importantes, aunque es cierto que India está limitando todo lo posible la influencia de las compañías chinas en su economía.

Como consecuencia de la conflictiva relación que India tiene con China, la relación con Rusia es relativamente buena. Rusia es un habitual suministrador de armas, petróleo y gas para India; mucho más en estos momentos en los que Rusia está vendiendo petróleo con importantes descuentos a India. Las relaciones de India, no obstante, no se circunscriben a Rusia; India forma parte de “Quad” (Quadrilateral Security Dialogue) la alianza de “cooperación” entre EEUU, Australia, India y Japón, que preocupa, cada vez más, a China. En definitiva, India busca una independencia en clave de relaciones internacionales.

Respecto al sistema productivo, India tiene algunos centros importantes de producción como Bangalore, Calcuta, Nueva Delhi o Bombai, pero tiene mucha tarea a realizar respecto a redes de comunicación, energía y desarrollo equilibrado de todas las regiones del país. Respecto a su importancia militar, sus suministradores son Rusia y, especialmente, Estados Unidos. La internacionalización de su economía es muy elevada, aunque, como en el caso de China, la mala experiencia tenida durante el COVID-19 respecto a los suministros de los productos básicos elaborados en India, como parte de las cadenas de producción que terminan y comienzan en los países occidentales, estén provocando el abandono de India para volver a localizar las fábricas en países occidentales más seguros.

África Subsahariana

África Subsahariana es, para muchos expertos, la que sustituirá a China como “fábrica del mundo”. Si fuera así, esta situación, provocaría un desarrollo de África semejante al que se dio en China; África Subsahariana pasaría de ser un lugar con grandes carencias, a ser una zona adecuadamente desarrollada. Los países de África desean, casi podríamos decir, más que ninguna otra zona del mundo, una independencia real de las grandes potencias mundiales. Podemos poner como ejemplo la influencia que Francia continúa ejerciendo sobre sus antiguos países colonizados. Como símbolo de esta situación neocolonial podemos mencionar la existencia como divisa el Franco Cefas; controlado por Francia, y de curso legal en países como Senegal, Mali, Costa de Marfil, Burkina Faso, Niger, Guinea Ecuatorial y Guinea Bisau. Podríamos también, por supuesto, referirnos a la explotación indiscriminada de África, que China y Rusia realizan desde hace décadas. 

La Unión Africana y algunos países como Sudáfrica, buscan tener libertad a la hora de relacionarse internacionalmente. La desconfianza respecto a las antiguas potencias colonizadoras no hizo más crecer con la actitud de éstas en la Pandemia del COVID-19, respecto a las vacunas. Cierto que la Unión Europea facilitó vacunas, pero no las suficientes y, algunos lotes, con fechas de caducidad cumplidas. Cierto que las vacunas de China y Rusia tuvieron todo tipo de retrasos e inconvenientes, pero ¿no podía haber hecho la Unión Europea un esfuerzo generoso con una zona con la que tiene una deuda histórica y que define como prioritaria en su acción exterior, especialmente en cooperación? En la misma línea, ¿no sería posible que los países occidentales, en concreto Europa, hicieran efectivas sus promesas de entrega de fondos para mitigar las consecuencias del cambio climático en África? El continente africano se ha cansado de oír buenas palabras que no se cumplen y quiere tener voz y estrategia propia.

Latinoamérica

¿Qué decir de nuestra querida Latinoamérica? Es sorprendente la poca relevancia que tiene Latinoamérica en las revistas especializadas en relaciones internacionales. Mientras que son cientos los libros y estudios sobre China, Rusia, Europa, son muy pocos comparativamente, los que tratan los temas políticos latinoamericanos. Podríamos hablar de un silencio semejante al que se da sobre África. Pareciera que el mundo estuviese constituido sólo por la Unión Europea, Estados Unidos, Rusia, China y los países del Pacífico. Latinoamérica vive en una situación de constante transformación convulsa; es urgente buscar una convergencia de proyectos que esté por encima de los signos políticos de los cambiantes gobiernos; es necesario mirar hacia un futuro de colaboración.

Podemos echar una mirada rápida, por lo tanto inexacta, a la región; pido perdón, de antemano, por la simplificación. La situación de México condicionada, al menos, por la tiranía del narcotráfico. Los países de Centroamérica, basculando entre izquierda y derecha, pero con un fiel de balanza que parece ser la dictadura de uno u otro signo. Venezuela, Bolivia, Perú con regímenes populistas que se han aprovechado el desinterés de las clases poderosas por los grupos desfavorecidos para asentarse en el poder. Chile, buscando su nueva identidad constitucional entre la izquierda y la derecha. Argentina, siempre rica y siempre cambiante. Brasil, retomando, nuevamente el camino de Lula, tras el desastre llamado Bolsonaro. Haití, el estado fallido misteriosamente imposible de gobernar. Cuba, con su dictadura aun enormemente influyente en su entorno. Colombia, con su casi perpetuo problema de violencia entre grupos. Podríamos seguir recorriendo ese querido continente.

Latinoamérica ha de buscar espacios comunes y proyectos supranacionales comunes. Quizá un proyecto relevante que ayudaría, de paso, a esta finalidad, sería la mayor vinculación a la Unión Europea, de donde provienen gran parte de sus habitantes. Esperemos que sea una realidad próxima, la firma del Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y América Latina, bloqueado ahora por los intereses de Francia vinculados a los agricultores franceses.

Miguel Ángel Velasco cmf

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