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Querido Pueblo Ruso; querido Pueblo Ucraniano ODS 16, 17 ES

por | Mar 5, 2022 | Europa, Partners, Paz | 0 Comentarios


Querido Pueblo Ruso; querido Pueblo Ucraniano

 

Miguel Ángel Velasco

Doctor en Pedagogía

 

Rusia, como otros grandes países, tiene “nombres para la historia”. Pedro I y Catalina II son, por excelencia, los dos más grandes de la historia rusa, a los que hay unir a Lenin y Stalin y a Mijael Gorvachev. ¿Quizá la pretensión de Vladimir Putin es unir su nombre a esta colección de históricos personajes de muy diverso signo? ¿Qué es lo que pretende con la invasión de Ucrania?

 

Una historia que retorna

 

El alma del pueblo ruso sigue teniendo un fondo de honda tristeza y fatalismo que han conformado sus dirigentes a lo largo de muchos siglos. A los “Zares de Todas las Rusias”, les sucedieron los “zares” de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y, tras un interregno breve protagonizado por Mijaíl Gorbachov y la Perestroika, se ha hecho presente el zar Vladimir Putin. La línea de absolutismo medieval de los dirigentes de la Rusia zarista, a pesar de la apertura a Europa de las élites en tiempos de Pedro I y Catalina II, se mantuvo y empeoró en tiempos de la URSS. La mente de Vladimir Putin sintoniza con la ideología y práctica zarista-soviética de tiempos pasados. Pero hemos de tener en cuenta, el primero Putin, que los entornos de Rusia y el pueblo ruso no son igual que los de antaño, aunque conserven parte de sus características. 

 

Para Vladimir Putin los años 1989 y 1990 y la desaparición de la URSS, representaron la mayor catástrofe del siglo XX. No parece que la inmensa mayoría del Pueblo Ruso coincida con él, ya que le permitió conocer lo que, desde el otro lado del Telón de acero, anhelaba hacía mucho tiempo: la libertad, aunque fuese limitada. Todavía puso peor la situación, a ojos de Putin, el Presidente Obama cuando afirmó que Rusia había pasado a ser una “potencia regional”, perdiendo así la condición de “Gran potencia mundial”.

 

Vladimir Putin parece buscar pasar a la historia como aquél que devolvió a Rusia su Imperio, un imperio semejante al de la URSS y, sobre todo, devolverle ser considerada como una Gran Potencia, que habla “de tú a tú” con Estados Unidos. Estamos hablando de Rusia, con PIB semejante al de Italia y que basa su economía en la exportación petróleo, el gas, el carbón y el armamento. Los síntomas de esta “búsqueda compulsiva” a volver a tiempos pasados, podemos encontrarla en su empeño de volver a controlar las repúblicas de Asia Central y ahondar en la “fraternidad” que siempre ha tenido con Bielorusia o el dominio de otras zonas fronterizas como Ucrania. Pero estos deseos llegan más allá; la construcción del nuevo Imperio Ruso de Putin se extendería también al Océano Ártico, cada vez más transitable a causa del Cambio climático. Implicaría también el control de la Unión Europea a través de la dependencia de esta última, del Petróleo y muy especialmente del Gas. Quizá, ciertamente, Putin quiere pasar a la historia sumando su nombre al de los “personajes de la historia rusa”, devolviendo a Rusia el “esplendor” de los tiempos de la URSS.

Pedro, El Grande. S. Petersburgo

Todos los grandes personajes rusos mencionados al principio, excepto Gorvachov, han pasado a la historia por grandes cosas que han sufrido el Pueblo Ruso y los pueblos vecinos. No creo que Putin quiera pasar a la historia al lado de Gorvachov; por sus acciones está más bastante más cercano a Stalin que a ningún otro. 

 

No son tiempos para jugar al engaño

 

Dicen que Vladimir Putin es un excelente jugador de ajedrez. Quizá, con la invasión de Ucrania, haya querido jugar una partida maestra en la que conseguir varios triunfos a la vez: la desestabilización de la Unión Europea a causa de las discrepancias sobre el gas tan necesario para; la desarticulación de la OTAN ante las desavenencias entre Europa y Estados Unidos; la vuelta a ser un jugador determinante en el contexto mundial; ganar en popularidad en Rusia haciendo renacer el nacionalismo y el orgullo de país. El problema es que todos los juegos, por supuesto el ajedrez, tiene sus reglas y no se puede “jugar” rompiendo todas las leyes del Derecho internacional. Las consecuencias, por ahora, de la invasión de Ucrania han sido: reforzar la Unión Europea y la OTAN; la condena de Rusia en la ONU, en el Consejo de Derechos Humanos, apertura de investigación en el Tribunal Internacional der Justicia de la ONU; la contestación social interna contra Putin y su guerra de Ucrania. La desestabilización interna se agravará si se prolonga la guerra y lo que se ha vendido al pueblo ruso como una “campaña pacificadora y liberadora” se salda con un número significativo de jóvenes rusos muertos en combate.

En 2014 me encontraba en Siberia, justo en el momento de la invasión rusa de Crimea. La península fue conquistada al Imperio Otomano en tiempos de Catalina la Grande en 1783 que, con ello, casi logró romper el equilibrio inestable de los imperios europeos. ¿Por qué estaba Catalina tan interesada en Crimea? La razón es la misma para Catalina y para Putin: tener bases militares en el Mar Negro y salida segura a “los mares cálidos” de los que Rusia carece; en concreto salida al Mediterráneo. El mensaje que se transmitía al pueblo Ruso durante mi estancia en Siberia por los medios de comunicación oficiales era este: “la Madre Rusia no puede permanecer impasible ante el sufrimiento del pueblo de Crimea; sus dirigentes le están explotando; tenemos que intervenir con urgencia”. Ya entonces, hablando con algunas personas del lugar, me comentaban que, aunque las noticias oficiales eran esas, no se fiaban absolutamente nada del gobierno. 

Quizá sea la contestación interna contra Putin, el más importante a tener en cuenta de cara al futuro. La campaña de apresamientos y envenenamientos de dirigentes de la oposición, siempre negada por el Gobierno Ruso, ha sido contante desde que Vladimir Putin llegó al poder. En la actualidad, muchos de los manifestantes de las ciudades rusas contra la guerra de Putin en Ucrania, están encarcelados. Alexei Navalny, dirigente de la oposición encarcelado después de que fuese envenenado, ha llamado a salir a las calles a manifestarse contra la guerra de Putin y, si es necesario, reventar las cárceles rusas por el número de detenidos. Los embargos y medidas económicas de Estados Unidos y Europa y las acciones en Naciones Unidas, buscan desenmascarar y deteriorar la fortaleza de Putin en Rusia reforzando a la oposición; incluso debilitar el seguidismo interesado de su círculo más cercano, ya manifiestamente asustado por las últimas decisiones de Putin.

Las costumbres se repiten; ese mismo “llamamiento a la solidaridad con el pueblo oprimido por los dirigentes que implica la invasión del mismo”, lo utilizó ya Stalin con Finlandia (1939) y lo está utilizando ahora con las regiones de Donetsk y Lugansk. En la invasión de Ucrania es curioso que Putin no hace referencia a la rusificación de estas regiones, razón por la cual el idioma es el ruso y no el ucraniano o la abundante población rusa, están tan presentes en esas regiones. Justificar la invasión de Ucrania basada en la fraternidad que implica que Rusia naciese en lugares actualmente ucranianos (Rus de Kiev 822) no tiene sentido. En paralelo este principio tendría que aplicarse al derecho que hipotéticamente tendría también Turquía para reclamar Crimea; recordemos que la península de Crimea pertenecía al Imperio Turco cuan Crimea formaba parte del Imperio Turco cuando fue conquistada (1783) por Catalina la Grande. Parcelar la historia según el momento histórico que convenga a la “narrativa presente” es una costumbre que no trae buenas consecuencias. Lo mejor es atenerse a la legalidad internacional basada en los tratados y, desde ahí, construir el futuro.

 

Ucrania: dolor sobre dolor

 

La resistencia ucraniana hunde sus raíces en experiencias históricas muy dolorosas. Vladimir Putin, sintiéndose el “Zar” responsable de devolver a Rusia su grandeza imperial, quizás, tendría que haber recordado, el “Holodomor” Ucraniano (https://es.wikipedia.org/wiki/Holodomor) que, de 1932 a 1933, causó 3,9 millones de muertos de hambre por la requisa del trigo ucraniano para pagar las deudas de Rusia. Quizá tendría que haber recordado, también, las purgas y persecuciones que el pueblo ucraniano tiene dentro de sí esas heridas sangrantes provocadas por otro “cuasi-zar” llamado Stalin. ¿Se ha olvidado Putin de las catástrofes de las invasiones de Chechenia y Afganistán? ¿Se ha olvidado Putin de lo que significa la resistencia de los habitantes de un país a ser dominado por otro? ¿Se ha olvidado de que no sólo hay que vencer a un país en la guerra, sino que el problema puede comenzar “el día después” para mantenerse para construir la paz en él? ¿Ha tenido en cuenta Putin que, además del millón de refugiados que han salido de Ucrania, quedan otros 43 millones?

 

Como Ivo H. Daalder afirma en la revista especializada Foreign Affairs  (1 de mayo de 2022), «el 24 de febrero de 2022 representa un hito histórico que indica un cambio de época. Las democráticas de Occidente están de nuevo llamadas a defender un orden basado en reglas que ha sido violentamente desarraigado.” Confío en que el sufrido Pueblo ruso y los sufridos pueblos cercanos a la Rusia de Vladimir Putin, pronto puedan sentir que están viviendo en un régimen de libertades. Hasta entonces, la legitimidad del principio “R2P” (Responsabilidad de todos los países de defender los Derechos Humanos en todo el mundo), está garantizado por la serie ya larga de declaraciones de la ONU.

 

Asamblea General de la ONU. Nueva York. Sobre Ucrania

El presidente ruso Vladimir Putin ya no se limita a revisar 1991, sino que nos devuelve a 1939, o incluso a 1918, cuando una potencia imperial podía introducir su ejército en un Estado vecino. Vista la situación, la Unión Europea debería plantearse la entrada no sólo de Ucrania Armenia, Azerbaijan, Georgia, and Moldova. 

Muchas cosas tienen que cambiar a partir del 24 de febrero de 2022; esperemos que todos tomemos las decisiones adecuadas con determinación y cuidado. En este proceso de cambio, las confesiones cristianas y las Organizaciones basadas en la fe deberían jugar un papel catalizador. Construir la Paz como fraternidad universal sigue siendo la mayor prioridad, sobre todo contemplando el sufrimiento que provocan las guerras y hoy, ahora mismo, el sufrimiento del Pueblo de Ucrania y de las familias de los combatientes rusos.

 

Querido Pueblo Ruso, querido Pueblo Ucraniano; queridos pueblos hermanos. Os deseo la paz, de todo corazón. La paz en medio de la guerra que alguien se ha empeñado en comenzar sin vuestro permiso.

 

Miguel Ángel Velasco

Doctor en Pedagogía

Consejo de Derechos Humanos. Ginebra. ONU. Sobre la guerra de Ucrania 

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