La verdad (o no) que las estadísticas esconden
Miguel Ángel Velasco cmf
Miembro del cmfUNteam
La Estadística es una ciencia exacta que utiliza formulas matemáticas para hacer hipótesis sobre pasado, presente y futuro. El problema no son los números y las matemáticas utilizadas, sino: las preguntas de los formularios, el grupo de personas que responden la encuesta o la interpretación de los datos, siempre parciales. Creo que los verdaderos (sinceros) sociólogos buscan ir consiguiendo métodos, cada vez mejores, para acercarse lo más posible a describir la realidad; verdaderamente eso es lo que debiera pretender, nada más que eso, la verdadera ciencia. La duda sobre las conclusiones del análisis estadístico se presenta cuando la política o la conveniencia establece, desde sus criterios: los formularios, el tipo de grupo al que se aplica el formulario o la interpretación de los datos obtenidos. El problema se multiplica si que hacemos ofrecer una comparativa entre distintos países del mundo; más aún si pertenecen a áreas culturales distintas.
Durante el tiempo del COVID-19, estamos asistiendo, estupefactos, al baile y cambio de datos, medidas, sujetos, escalas, comparativas y criterios. No se sabía muy bien lo que medir, cómo medir y qué tipo de cosas medir, pero, si a esto le añadimos la carga de responsabilidad política, comprendemos los bailes de cifras a los que hemos sido sometidos. La comparativa entre países ha sido también algo a destacar. ¿Cómo es posible que nos hayamos lanzado a comparar países con países sin tener criterios comunes de medición y medios comunes homologables de medición? Desde el comienzo me sorprendieron las estadísticas de África, en donde parecía que el COVID-19 casi no existía; sigue sorprendiéndome que se den como válidas las cifras que ofrecen los gobiernos. Cuando me he podido hablar de la situación en África con personas que viven en este continente, la impresión que recojo resulta muy diferente: en África hay muchos más contagios de los que dicen los comunicados. ¿Quién está midiendo los contagios y las muertes? ¿Interesa realmente lo que está pasando en África al resto del mundo? Preguntas inquietantes, no sólo por cuestiones estadísticas.
En las conclusiones del Foro político de alto nivel sobre el Desarrollo sostenible de 2019 se recogió la necesidad sentida por muchos de los allí presente de mejorar significativamente la correcta medición para las estadísticas. Lo pidieron los mismos representantes de diversas zonas geográficas, entre ellas unos cuantos países africanos. Se pidió que la ONU ayudase en los procesos de recogida de datos y medición de los planes de implementación de los ODS2030 en cada país. El COVID-19 ha impedido la concreción del esfuerzo realizado por UNSTATS, organismo de las Naciones Unidas para la mejora significativa en las mediciones estadísticas. Se veía imprescindible estandarizar los instrumentos de medición, los procedimientos de aplicación y la recogida de datos, con el fin de comparar lo que se estaba realizando en cada nación y poder proceder a una comparación entre países.
Lo primero de todo, habría que preguntarse hablando de los ODS 2030, si los Indicadores(https://unstats.un.org/sdgs/indicators/database) de medición de las Metas de cada Objetivo, han de ser exactamente las mismas para cada país, con el fin de medir verdaderamente lo que queremos medir en esa cultura y en ese país. Lo segundo preguntarnos por las posibilidades de realización de tomas estadísticas en cada uno de los países. lo tercero preguntarnos por las “interferencias” políticas en las mediciones.
La asamblea del HLPF (High Level Political Forum) 2019 tenía razones suficientes para encargar este trabajo a UNSTATS. Cuando en 2020 se presentaron los informes voluntarios de los países (VNR: Voluntary National Report) en el HLPF de seguimiento de los planes de implementación de la Agenda2030, algunos, quizá excesivamente críticos, pensamos que sólo el COVID19 eximía de presentar uno informes que tenían un fuerte componente de propaganda del país correspondiente. Las ONG independientes y a las ONG basadas en la fe, en los escritos presentados para sugerir reformas de la ONU con motivo de los 75 años de su fundación, piden el refuerzo de la UNSTATS, o la creación de una sección de la ONU, mucho más potente, que se encargue mejorar el diseño, aplicación e interpretación de los medios estadísticos empleados para medir el cumplimiento de los acuerdos de la Organización.
¿La conclusión a la que nos lleva todo este análisis, no es la urgente es la necesidad de interrumpir la puesta en práctica de la Agenda 2030? Por supuesto que no; nos invita relativizar los informes y estadísticas; nos pide a buscar el refuerzo significativo de los organismos estadísticos y nos urge a seguir buscando instrumentos para medir más adecuadamente la realidad. Lo más importante es saber si la “teoría del cambio” pensada y utilizada para los objetivos pretendidos es la adecuada; es decir, si la Agenda 2030 y sus objetivos son los correctos. Toda teoría del cambio implica: el análisis interdisciplinar de la realidad que se pretende cambiar; la formulación de objetivos y acciones que llevarán a ese cambio; unos principios sobre los que se tiene que basar la evaluación del cambio. Pocas “Teorías del cambio” han sido tan dialogadas y contrastadas por políticos, expertos universitarios, expertos sobre el terreno, ONG y asociaciones del más diverso signo como la Agenda 2030. ¡Podemos estar tranquilos, vamos en la dirección correcta!
Tenemos una excelente “Teoría del cambio” para transformar nuestro mundo en “El mundo que queremos”, “No dejando a nadie atrás”. Tenemos que buscar unas estadísticas que nos indiquen el cambio que se está realizando, pero no nos obsesionemos con ellas. Sería mucho más útil que centrásemos los esfuerzos en procurar que cada gobierno nacional elabore y vaya realizando su Plan de concreción de la Agenda 2030. La Sociedad civil tenemos mucho que decir y que hacer para que esto se haga realidad en cada uno de nuestros países.
Miguel Ángel Velasco cmf
Miembro del cmfUNteam
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