India
La educación: Palanca de cambio
Miguel Ángel Velasco
cmf
Doctor en Pedagogía
Educar para una Ciudadanía global
comprometida. Éste era el título de un artículo anterior en este blog. Supongo
que algunos pensarían que la idea no estaba mal, pero era necesaria concretarla
un poco más. Eso es lo que pretendo ahora. Comprendernos y sentirnos como
ciudadanos responsables del mundo supone, además de un reto espectacular, un
cambio de paradigma. Podríamos compararlo el Neolítico; un cambio que se dio en
siglos semejantes, en todos los continentes. Ciudadanos globales, sensibles a
lo que pasa a esa humanidad formada por más de 7.000 millones de personas y 195
países.
Un nuevo paradigma
¿Cómo podemos hacer que ese
cambio de paradigma llegue, progresivamente, a todos los habitantes de la
tierra? La ONU, a través de La Agenda de Desarrollo Sostenible, planteó un
cambio muy significativo para nuestro mundo; no creo que los 17 objetivos y las
169 metas se vayan a conseguir para el 2030, pero señalan un camino real de
cambio, precisamente por su complejidad y ambición. No, ciertamente no
lograremos que en el 2030 todos los habitantes de la tierra se sientan
Ciudadanos Globales, pero habremos comenzado el camino para hacerlo posible. No
voy a abundar aquí en lo que en otros lugares se ha comentado: Cambio
climático, Migraciones, comercio, medios de comunicación, COVID-19, nos
presentan un mundo cada vez más global, pidiéndonos cambios urgentes.
La educación se ha comprendido, a
lo largo de la historia, como una forma de transmitir, de una generación a
otra, todo lo que es realmente importante para vivir. Los contenidos técnicos y
científicos, son absolutamente necesarios para el mantenimiento y desarrollo de
las culturas; estos son parte necesaria en la educación. Pero si hablamos de
Educación en un sentido más original y profundo; hay unos contenidos educativos
que buscan ofrecer modelos y narrativas para interpretar y dar sentido a la
existencia; existen, además contenidos más directamente relacionados con
valores y actitudes que construyen o destruyen aquello que cada cultura
considera fundamental para vivir. Los procesos educativos son claves para
transmitir cambios profundos y de paradigmas interpretativos de la realidad.
Pues bien, vivir desde la clave de la Ciudadanía Global implica concebir al
mundo, a cada persona y a nosotros mismos, de una manera distinta; hará posible
que sepamos qué hemos de hacer y cómo interpretar el mundo.
Por supuesto que estos procesos
de cambio, hemos de plantearlos durante toda la vida; a los 10 años, a los 20, o
a los 80. De todas formas, aunque los principios que sugeriré pueden ser
utilizados para procesos educativos en cualquier edad, se dirigen especialmente
a las enseñanzas Infantil, Primaria y Secundaria. Como antes comentaba, el
cambio a Ciudadanos globales no lo vamos a lograr para el 2030. Centrarse en
infancia, adolescencia y primera juventud, tiene su razón de ser; veamos algunos
números.
Una gran responsabilidad
Los últimos datos (2011) de la
Escuela Católica recogen que atiende 57 millones de alumnos. África: 22.129.566; Asia: 14.086.827, América: 11.734.123, Europa: 8.468.014
y Oceanía: 1.194.406. Los datos de los Misioneros Claretianos (2014) tienen la
misma tendencia creciente, que en la Iglesia en su conjunto, sobre todo, en
Asia y África: 100.136 alumnos; África: 4.753, América: 33.646, Asía: 41.935,
Europa: 19.802. La mayoría de los alumnos de nuestros colegios claretianos en
países como India, la de mayor número y crecimiento, no son católicos (sólo en
torno al 2%). La Iglesia Católica y, en concreto los Misioneros Claretianos,
tenemos una gran posibilidad y una gran responsabilidad en la implantación de
los procesos educativos hacia la Ciudadanía Global Responsable. Una actitud
ante la vida que se puede enseñar y aprender.
La Agenda 2030 nos
da las orientaciones de por dónde ir
Tomar la Agenda
2030 de Objetivos de Desarrollo Sostenible nos permitirá orientar los esfuerzos
de los Claretianos en la misma dirección, independientemente de la religión o
confesión religiosa de nuestros alumnos. Además, la Agenda 2030 es lugar de diálogo,
colaboración y esfuerzo comunes entre los agentes de la Sociedad Civil, cada
estado-nación y organizaciones supranacionales. La Agenda 2030 es un verdadero
PUNTO DE ENCUENTRO Y COLABORACIÓN entre los que hemos de ser agentes de cambio.
Para nosotros, con un ideario o “libro de valores” católicos en los centros
educativos, la encíclica Laudato Sí tendría que ser el “alma” de
la Agenda 2030; el Papa Francisco ha dejado claro en muchas ocasiones la
coherencia y complementariedad entre Laudato Si y la Agenda 2030, para
los católicos. Lo mismo han hecho los responsables de las grandes religiones,
refiriéndose a la Agenda 2030 y sus respectivos credos.
Página web. Recursos Agenda 2030
¿Cuáles son los vectores
fundamentales que trabaja la Agenda de ODS 2030? y ¿cuáles tendrían que ser los
ejes de esta área de desarrollo curricular, Ciudadanía global, en nuestros
centros educativos? El preámbulo del documento de Naciones Unidas y el mismo
Papa Francisco, nos facilitan la tarea al hablar de agrupar los 17 ODS con sus
169 metas en cinco grupos con nombres que, en inglés, comienzan por la letra
“P”. Personas, Planeta, Prosperidad, Paz y Asociaciones (Partnership)
El primer grupo de
objetivos (ODS), PERSONAS, aglutina el espíritu de los Objetivos
de Desarrollo del Milenio; quiere poner en el centro de todo no sólo la
vida digna, sino la vida verdaderamente humana, permitiendo en desarrollo de
todas sus potencialidades. Objetivos: pobreza, hambre, vida-bienestar,
educación, igualdad-respeto.
El segundo grupo
se refiere al PLANETA, nuestra casa común, lugar del
que los seres humanos formamos parte- Objetivos: agua-saneamiento,
consumo-producción sostenibles, cambio climático, ecosistemas marinos,
ecosistemas terrestres.
El grupo tercero es el de la PROSPERIDAD. El Desarrollo sostenible, presente en toda la Agenda, se hace
especialmente presente en el grupo de ODS que busca una vida mejor para todos,
PROSPERIDAD. Objetivos: acceso a la energía, crecimiento sostenido e inclusivo,
infraestructuras resilientes, reducir desigualdades.
El ODS 16 habla de
la PAZ y la JUSTICIA, es el objetivo en donde más
fuerte resuenan los Derechos Humanos; un objetivo que constó introducir ante
las reticencias de un Consejo de Seguridad que entendía la paz y las guerras
como tema exclusivo suyo.
Se cierra el
conjunto con el ODS 17, ALIANZAS. Todos hemos de
colaborar con todos, desde nuestras posibilidades y competencias, para llevar
adelante la Agenda 2030.
Cinco vectores que
se han de plasmar, en cada área geográfica de la Congregación, en proyectos
de educación, verdaderamente inculturada, que abra a los alumnos a sentirse
ciudadanos del mundo, para transformarlo “No dejando a nadie atrás”. hemos de
hacer realidad, desde el comienzo, uno de los principios de la Agenda 2030: los
17 ODS, interrelacionados y en su conjunto, son “para todos y cada uno de los
países del mundo”.
Desde el punto de
vista de la acción pedagógica, lo más adecuado sería compaginar objetivos,
acciones y experiencias que interrelacionasen: conocimiento racional-reflexivo;
acciones de contacto y compromiso; relación afectiva con situaciones y
personas. Incluiría: el trabajo en grupo de aprendizaje y búsqueda; el sistema
de análisis de la realidad planteado-resolviendo problemas; trabajo por
proyectos que impliquen personas, ODS, culturas, etc. Los educadores, en todo
momento, han de acompañar a los alumnos en el descubrimiento progresivo de lo
que significa ser Ciudadano Comprometido con el mundo; no se puede acompañar lo
que no se vive, por lo que uno de los primeros objetivos ha de ser “educar a
los educadores” en esta sensibilidad. No hay espacio, en este artículo ya
largo, para desarrollar estas ideas, dejémoslo para otro momento.
Desde nuestro
carisma claretiano
Terminemos con una
cita del XXV Capítulo General de los Misioneros Claretianos. En su documento
final se recogen los 6 rasgos definitorios del carisma claretiano en el momento
actual. Todas las actividades claretianas y todos los claretianos hemos de ser
reconocidos por vivir estos seis rasgos. Pues bien, uno de ellos es el de
“Enviados a evangelizar y escuchar a los pobres” recoge lo siguiente en el
número 51: “Nos indigna y conmueve que en este tiempo de tanto progreso
científico y tecnológico exista una mayoría de hombres y mujeres que viven
precariamente el día a día; que contando con tantos recursos, predomine una economía
de exclusión, una cultura de descarte; que la indiferencia se globalice (cf. EG
53-54). Como evangelizadores, queremos ser “instrumentos de Dios para la
liberación y promoción de los pobres” (EG 187) y estremecernos
misericordiosamente ante el dolor ajeno (cf. EG 193), para llegar a ser una
Congregación pobre y para los pobres (cf. EG 198), que se deja evangelizar por
ellos y con ellos evangeliza”. El mismo documento nos indica, con otro de los
seis rasgos, a “hacer con otros”: “Con toda la Iglesia y quienes buscan la
transformación del mundo”.
Miguel Ángel Velasco
cmf
Doctor en Pedagogía
Miembro del cmfUNteam
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