Francisco J. Carril Álvarez
Director de Fundación PROCLADE
Dice el ODS 17, Alianzas para lograr los objetivos, y en concreto la meta 17.17 es: Alentar y promover la constitución de alianzas eficaces en las esferas pública, público-privada y de la sociedad civil, aprovechando la experiencia y las estrategias de obtención de recursos de las asociaciones.
Y es que las ONGs conformamos esa sociedad civil junto con otros actores, y somos clave para que las metas de los ODS sean viables a todos los niveles, local, estatal y por supuesto, global.
Hace ya algunos años de aquellos Objetivos de Desarrollo del Milenio. Así abríamos el 2000, el nuevo siglo cargado de esperanzas y metas por cumplir de cara a 2015.
Nacían en un momento en el que los antes llamados países del Norte gozaban de una salud financiera sin precedentes y la brecha entre Norte y Sur era expresada con contundencia al querer entender casi todos nosotros que esa diferencia era real, por eso los ODM estaban tan enfocados a las graves situaciones que se daban en los países del Sur, y donde los países del Norte aparecíamos entonces como elementos salvadores y generadores de ese cambio, pero no formábamos en ningún caso de las metas, al entender que en nuestros países esos objetivos no era necesario que fuesen tratados, sin embargo, las crisis económicas se fueron sucediendo en nuestros entornos acomodados y de repente empezados a sentir como la diferencia entre Norte y Sur quizás no era tan real, que todos pasábamos a estar interconectados y que quizás el Sur y el Norte eran definiciones que empezaban a carecer de sentido…
Las ONGs, especialmente las de cooperación al desarrollo y ayuda humanitaria, fuimos las primeras en abanderarlos y hacerlos propios. Los trabajamos en todos los ámbitos a los que llegábamos, en nuestros proyectos, en las acciones y campañas de sensibilización, pero sin embargo nuestro impacto seguía siendo limitado… quizás volviendo la vista atrás… los ODM tenían algunas carencias… y es que nuestro mundo lo integramos multitud de actores muy diversos, trabajamos multitud de causas y están conformadas por millones y millones de personas, quizás los ODM no llegaron al “gran público”… quizás pocos los recuerden ya…
Y así, al término de 2015 y con parte de los objetivos anteriores conseguidos, nacen los ODS, nuestros Objetivos de Desarrollo Sostenible, planteados con 5 diferencias fundamentales: sostenibilidad, equidad dentro de cada país, universalidad, compromiso a todos los niveles y para todos los países, y su alcance, que se multiplica, pasando a ser de 17 ODS y sus 169 metas.
La sociedad civil, y en concreto las ONGs somos parte integrante y luchadores de cada uno de los ODS, y es que las ONGs estamos y llegamos donde otros no llegan. Nuestra existencia se base en la máxima de desaparecer cuando no seamos necesarios, pero por el momento, aún lo somos, porque en nuestro mundo aún son muchas las personas olvidadas e invisibles, y muchas las causas que no aparecen en las agendas de ningún grupo político o gobierno, y que tristemente pasan inadvertidas para la mayor parte de los integrantes de nuestras sociedades.
Sin embargo, los ODS incluyen el compromiso de ser tratados y trabajados por los gobiernos, han de estar en las agendas, deben de hacerse presentes, ser trabajados… y esto nos da la oportunidad a las ONGs, por fin, de tener un escenario planteado para el trabajo conjunto, entre actores múltiples y diversos que puedan generar cambios duraderos.
El año pasado, en Fundación PROCLADE, casi sin querer, decidimos hacer un análisis de si realmente trabajábamos todos los ODS en nuestros proyectos, y para nuestra propia sorpresa, descubrimos que sí, que efectivamente, todos los ODS estaban siendo tratados por nuestra entidad gracias a la pluralidad sectorial de nuestros proyectos de cooperación al desarrollo. El denominador común en todos ellos es que llegamos a una parte de la población donde otros no llegan, las poblaciones más olvidadas, en algunos casos, incluso son ciudadanos inexistentes, no existen para sus países… hay personas que ni siquiera están censadas. ¿Cómo puede exigir sus Derechos alguien en su país, si tu país ni siquiera sabe que existes?
Sólo hay una manera de lograr los ODS, de alcanzar las metas marcadas. Todos los miembros de la sociedad debemos trabajar unidos, y para ello lo desconocido ha de volverse conocido, y juntos, gobiernos, autoridades locales, entidades públicas, privadas, grupos religiosos, ONGS, etc. así como todas las personas que conformamos este mundo debemos comprometernos, juntas podemos hacerlo posible. Tenemos 17 semillas para hacerlo, nos toca ponernos a sembrar y cuidar mucho ese huerto.
Salimos de un 2020 que nos deja muchos, muchos aprendizajes, pero quizás el más valioso sea la importancia de lo que generamos cuando todos juntos trabajamos por un objetivo común, y al mismo tiempo, de cómo cuando nuestro ritmo de vida cambia, cambia el mundo, el mundo mejora… tomemos esto como aprendizaje, estamos a tiempo. Las ONGs tenemos ahora un largo camino por delante, recordar lo aprendido, seguir trabajando y hacer nuestra la máxima de “no dejar a nadie atrás”.
Ese es nuestro objetivo dentro del conjunto de todos los objetivos, y es que para que los 17 ODS se cumplan nosotros debemos de seguir trabajando por visibilizar las situaciones de injusticia y vulnerabilidad social, promoviendo el cambio, haciendo incidencia política, sensibilizando y desarrollando proyectos y programas sociales que transformen la realidad. Por supuesto, en alianza con otros, siempre.
Estamos a tiempo, podemos lograrlo, no es una utopía, es real. Podemos hacerlo posible.
Francisco J. Carril Álvarez
Director de Fundación PROCLADE
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