En medio del shock. En medio de la galerna
Miguel Ángel Velasco cmf
Los psicólogos hablan del proceso
de duelo y de la progresiva toma de conciencia de una pérdida significativa.
Cuando algo golpea fuertemente la vida de una persona, de un grupo o de una
sociedad entera, se entra en una situación de shock. La primera fase de reacción
ante lo que está pasando es la NEGACIÓN: en realidad lo que ha sucedido no es
para tanto; se sigue actuando como si todo siguiese igual. En la segunda fase se
entra en el RECONOCIMIENTO de que el suceso cambia significativamente la vida y
la interpretación de las cosas que antes se tenía. En un tercer momento el
choque de sentimientos interno y la falta de claridad sobre qué hacer, lleva a
una crisis en el que EL LLANTO puede hacerse presente. A partir de este momento,
se impone AFRONTAR la nueva situación desde un análisis de la realidad: ¡QUÉ ES
LO QUE HA PASADO?; ¿QUÉ HACER A PARTIR DE AHORA? Hay que CONSTRUIR un nuevo sentido
para la existencia; hay que redefinir los objetivos, formas y metas. Si lo que
ha provocado el SHOCK es realmente relevante, se imponte la creación de un
nuevo PARADIGMA DE INTERPRETACIÓN DE LA REALIDAD que lleve a la ACCIÓN.
Escuchando las intervenciones de
la presidenta del ECOSOC, del Secretario General y de los intervinientes en el
HLPF 2020 (Foro político de alto nivel) sobre la Agenda 2030, me da la impresión
de que la ONU está en el momento de ACEPTACIÓN: algo catastrófico ha sucedido. Los
procesos de recuperación anteriores a la pandemia se han interrumpido; el
COVID-19 nos ha descolocado absolutamente el mundo construido hasta ahora. Sí,
tenemos la hoja de ruta de la Agenda 2030 de Objetivos de Desarrollo Sostenible,
pero ¿está cada país dispuesto a reaccionar en la línea de transformación hacia
la humanidad solidaria que nos propone la Agenda 2030? Los embajadores ante la
ONU de los países intervinientes están abiertos a ello. Falta la decisión política
efectiva de cada gobierno.
Informe ODS2030. 2020
La situación de cada zona del
mundo, respecto al shock del COVID-19 es distinta. No podemos hablar lo mismo
de Brasil y su presidente, de Latinoamérica, de Europa y sus conflictos hacia
la unidad, de África en su diversidad o de las misteriosas Corea del Norte,
China o Rusia. No se puede aprovechar una pandemia para pisotear los Derechos
Humanos o afianzar el autoritarismo gubernamental. Podríamos decir que los países,
están en el mar, en medio de la galerna, y no son capaces mirar por la flota,
sino sólo por el propio barco. La ONU propone una hoja de ruta, pero ella misma
está en proceso de revisión estructural que habría de llevarla a ser más
efectiva.
Las líneas generales que
representa la Agenda 2030 aparecen como bitácora o “rosa de los vientos” en la
galerna. Los seminarios paralelos al HLPF ofrecen algunas reflexiones y
aprendizajes para el futuro verdaderamente útiles. Hay que esperar a que amaine
el viento y las olas decrezcan, pero hemos de empezar a poner orden, un nuevo
orden, en nuestra flota, no sólo en nuestro barco.
Se dibuja la necesidad de un
mundo que necesita: Gobernanza global multilateral; nuevo desarrollo,
sostenible y respetuoso con la naturaleza y el ser humano; solidaridad entre los
países y las zonas del mundo; trabajo para todos; educación que abra horizontes
nuevos; la desaparición de la corrupción; el desarrollo digital universal; un nuevo
impulso a los Derechos humanos. Hemos de seguir atentos a las nuevas pistas que
cada día se nos ofrecen en el HLPF.
Miguel Ángel Velasco
cmf
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