El ODS 17 y el “hacer con otros”: una mirada desde América
Fernando Guzmán Catena
Laico Claretiano
Lic. en Trabajo Social
Especialización en Cooperación Internacionall
Sea que estamos un poco más o un poco menos familiarizados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030, me parece interesante, en tanto Familia Claretiana y más ampliamente como Iglesia, seguir reflexionando las relaciones que existen entre este “master plan” propuesto por la ONU y nuestros horizontes inspiradores y “organizadores de sentido” evangélico-proféticos.
Desde América, nos sentimos animadas-os a dialogar en profundidad con el ODS número 17. El último objetivo de la lista; el que quiere aportar “un modo” de concretar los otros 16; el que se ilustra con una figura de círculos que tienen intersección al centro del gráfico…
En SOMI-MICLA (Solidaridad y Misión. América) venimos realizando crecientes esfuerzos en la generación de sinergias y articulaciones al menos en tres planos:
– Entre toda la Conferencia y los Equipo de la Congregación (Procura General, Secretariado General de JPIC y Equipo CMF en la ONU).
– Entre los Organismos Claretianos del continente (9 en total).
– Entre estos Organismos y una amplia constelación de organizaciones sociales, ambientales, campesinas, indígenas, de trabajadoras-es… (“Donde tú dices paz, justicia, amor, ¡yo digo Dios!”).
En este último sentido, es necesario puntualizar que el área de SOMI de la Familia Claretiana en América ha venido recorriendo un camino propio de “alianzas para lograr los objetivos”. Cuando escuchamos los constantes llamados a intensificar el “multilateralismo” como modo de abordaje de los grandes desafíos de la Humanidad, no podemos dejar de pensar qué rica conversación puede establecer esa idea con nuestras prácticas de “corresponsabilidad pastoral” y “diálogo macroecuménico” sobre algunos temas específicos.
Esta “corresponsabilidad pastoral” entre Organismos Claretianos de América y el “diálogo macroecuménico” ejercitado con nuestros aliados, se plasman en las iniciativas que van surgiendo en torno a las tres prioridades de SOMI-MICLA (Derechos Humanos, Migraciones y Extractivismo). Ellas nos van constituyendo y mostrando como un solo “cuerpo misionero” que quiere responder más abierta y eficazmente a problemas que nos atraviesan, pero a la vez nos exceden y superan.
Tomando dos escritos del magisterio de Francisco -situados en extremos temporales de su pontificado- encontramos apelaciones y provocaciones inspiradoras para esta tarea que tenemos de aliarnos y confluir en la respuesta a estos tres clamores/interpelaciones.
· En Evangelii Gaudium (2013), la inquietante figura del poliedro nos anima a seguir buscando “complicidades” estratégicas desde una unidad que respete y ponga en valor la diversidad de nuestros pueblos americanos. Se trata de aliarse recuperando el mejor aspecto de cada uno, de cada Organismo Claretiano que se asienta en estos territorios y comunidades, de toda organización que hoy busca el Reino de Dios sin nombrarlo. Y mientras vamos logrando ese diálogo arraigado y excéntrico, debemos garantizar nitidez y protagonismo a los pobres, a sus culturas, a sus potencialidades, a sus maneras de concebir el mundo (no dejando a nadie atrás).
· En tanto, en Fratelli Tutti (2020) nos reencontramos con el llamado urgente a recuperar un sentido de fraternidad irrestricta, a nivel global. Ese profundo sentido será la única respuesta eficaz antes el grito de la Humanidad dolorida y castigada por el COVID 19 y tantas otras “pandemias” pre- existentes. Esta apelación hace eco con una bella práctica de nuestras comunidades misioneras: el diálogo abierto con toda persona y organización “de buena voluntad”.
En América tenemos claro que son urgentes alianzas eficaces y duraderas, que vayan más allá de las personas que hoy tienen roles de conducción o liderazgo en la iglesia y fuera de ella. La Familia Claretiana de estas tierras tiene que seguir proponiendo “políticas socio-pastorales” de largo plazo, que sean los pilares de planes enraizados en el sentir de los pueblos y que trasciendan saludablemente las estructuras funcionales (que hoy son éstas, pero mañana podrán ser otras). La “lógica” de las alianzas, en este sentido, es muy evangelizadora para nosotros: pone la mira alta y nos ayuda a desvanecer intereses o afanes particulares. Nos reubica, nos vuelve humildes, sin dejar de recordarnos la dimensión y la urgencia de los aportes que hoy requieren la Humanidad y la Madre Tierra.
Por último, no quiero dejar de mencionar un aspecto en el que ingresa de lleno el ODS 17 y que es el ámbito de la Cooperación Internacional. No se trata aquí de descubrir ni inventarnos nada nuevo. SOMI MICLA también está llamada a dialogar con ese tópico del ODS 17. Y puede hacerlo desde un concepto muy antiguo en la Congregación, pero que recupera hoy gran vitalidad y potencia transformadora: la comunión de nuestros bienes. ¡Qué esperanzador resulta imaginar un continente que plasme aquello de la “economía al servicio de la misión”! Y que lo haga mediante mecanismos concretos de cooperación entre proyectos, iniciativas, acciones de incidencia, etc. La Procura General de la Congregación deberá encontrar en SOMI MICLA un interlocutor válido y una referencia para llevar adelante una propuesta misionera de solidaridad organizada.
De algo de eso tratan las alianzas…
Fernando Guzmán Catena
Laico Claretiano
Lic. en Trabajo Social
Especialización en Cooperación Internacional
Misioneras Claretianas. Medio Ambiente
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