Hemos implementado talleres de historia y cosmovisión abierto a las comunidades mapuche y demás pobladores con un abordaje más regional buscando el origen de las familias. Al poco tiempo formalizamos un taller de un año de idioma mapuche (mapuzungun) e historia avalado por otro centro de estudio como el Cefyt (Centro de Estudios Filosóficos y Teológicos), primero para adultos y luego para niños y niñas de la localidad donde habitamos, Ingeniero Jacobacci. También asistimos a las escuelas primarias rurales compartiendo talleres de cosmovisión y lengua para la comunidad educativa. Se fue consolidando la propuesta hasta formar un taller de estudio y compartida de experiencias de medio año armado por el equipo de JPIC y una Universidad Nacional, aquí los ejes que se trataron fueron el cuidado de la “Casa Común” a la luz de la Laudato Si, cosmovisión, historia y lengua mapuche. 

Con sinceridad y entrega, siempre intentamos visibilizar y dar a conocer su cultura como mensajera del Buen Vivir, sin imponer nada de nuestra Iglesia, ya que nace de su vientre la vida plena y bondadosa para una sociedad herida por el egoísmo y consumismo. Seguimos en este camino ayudados por el área de Solidaridad y Misión de la Congregación Claretiana.

Por otro lado, en articulación con otras organizaciones, comunidades mapuche y particulares de la zona, estamos implicados en la “defensa del agua y el territorio”, contra un proyecto extractivo de oro y plata. La empresa Patagonia Gold está en un proceso de exploración a unos 80 Km de nuestra localidad, y donde habitan comunidades mapuche, con el objeto de saquear los bienes naturales no renovables con la consecuente destrucción de la tierra y el descontrolado uso de agua, necesaria y fundamental para la producción ovina y la vida de los/as habitantes rurales. 

Estrategias de concientización y visibilización de esta injusticia, como asambleas, festivales y reuniones  a nivel local y provincial para planificar acciones de reclamo y legales, son permanentes en nuestra agenda política. Esto también es apoyado por la red “Iglesias y Minería”, espacio ecuménico que busca responder a los desafíos de los impactos y violaciones de los derechos socio-ambientales provocados por las actividades mineras en los territorios donde vivimos y trabajamos.

El gozo y la riqueza recibida de nuestros pueblos originarios es desbordante, sus estilos de vida y sus luchas en un contexto tan adverso y conflictivo, no dejan de provocar la dinámica del servicio y un camino compartido con nuestros hermanos y hermanas de los pueblos preexistentes en estas tierras.