Personas desaparecidas en México I
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la desaparición forzada de personas en México: El “Paradigma del Crimen Perfecto”
Sabás Cristóbal García González, cmf
Licenciado en Filosofía, Bachillerato Teología
Maestría en Derechos Humanos y Paz.
Equipo Solidaridad y Misión de México y MICLA
Provincia Claretiana de México
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció el 30 de agosto como el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas. Tal acontecimiento representa el reconocimiento a las décadas de lucha colectiva de los familiares de las víctimas y las graves repercusiones de dicho crimen en distintos ámbitos, porque la desaparición forzada de personas es un acto atroz, pluriofensivo, continúo y múltiple violador de derechos humanos: “constituye un ultraje a la dignidad humana; es condenado como una negación de los objetivos de la Carta de las Naciones Unidas y como una violación grave manifiesta de los derechos humanos y de las libertades fundamentales proclamados en la Declaración Universal de Derechos Humanos” (Declaración sobre la Protección de Todas las Personas Contra la Desapariciones Forzadas, 1992, art. 1).
En torno al problema se han desarrollado sendas investigaciones académicas y un andamiaje jurídico internacional y nacional que otorgan visibilidad al crimen catalogado de lesa humanidad y responsabilidad penal a los Estados que promueven o practican directa e indirectamente la desaparición forzada como mecanismo para anular principalmente la personalidad jurídica de las víctimas. No obstante, esos avances no significan ni garantizan que el acto atroz continúe vigente en diferentes latitudes del continente latinoamericano, especialmente, en México.
“Memoria, verdad y justicia” por las personas desaparecidas durante la “Jornada de Oración por la paz en México” en la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, Torreón, Coahuila, (julio de 2022). Foto: Agato, W. (2022).
Aunado a lo anterior, ante la importancia y urgente tarea de implementar los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) cabe preguntarse, por un lado, acerca de la relación entre la desaparición forzada de personas y los ODS, y, por otra parte, por el desarrollo histórico del acto atroz en México y los desafíos pastorales para los Misioneros Claretianos de México respecto al problema de tal envergadura. El presente escrito intenta responder sucintamente a los dos aspectos señalados.
Primero. El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) que guarda mayor vinculación con la desaparición forzada de personas es el número 16, el cual tiene como fin: “Promover sociedades justas, pacíficas e inclusivas” y específicamente las metas: “16.1. Reducir significativamente todas las formas de violencia” y “16.3. […] garantizar la igualdad de acceso a la justicia para todos”.
Acompañamiento de Sabás C. García, CMF., al colectivo de Familias Unidas por la Verdad y la Justicia en la inauguración de mural “¿Dónde está nuestros hijos?”, en el marco del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, Ciudad Juárez, Chihuahua, (2021, agosto). Foto: García, S. (2021).
Desde este marco aspiracional es factible mencionar que, la desaparición forzada de personas en México, cuyas cifras alcanzan las 100 mil personas registradas representa no sólo una crisis humanitaria sino un desafío permanente sobre cómo prevenir las futuras desapariciones de personas; responder a la crisis forense; garantizar el acceso a la justicia a los familiares de las víctimas y favorecer la búsqueda continua de las personas desaparecidas. De modo que, las constataciones del Comité contra la Desaparición Forzada de las Naciones Unidas (CED) ante el Estado mexicano sobre la situación generalizada de desapariciones —aunada a la impunidad constante y la revictimización— no sea una vez más el “paradigma del crimen perfecto” (ONU-DH México, 2021).
Segundo. La desaparición forzada como práctica para eliminar a las personas disidentes de un modelo político, económico y social no es un hecho nuevo, alcanza su sistematización durante el régimen Nazi tras el decreto Nacht und Nebel (Noche y Niebla) que el general Wilhelm Keitel aplicó durante el contexto de la segunda guerra mundial para aniquilar las redes de la resistencia en los países europeos (Huhle, R., 2019, citado en ONU-DH México y CNDH, 2019). Tal instrumento constituyó el plan oportuno porque “contenía disposiciones y protocolos de actuación tendientes a secuestrar y suprimir, en secreto, y durante la noche, a todos aquellos sospechosos de resistencia en los territorios de Europa Occidental ocupados por el Tercer Reich” (Basaure-Miranda, I., 2018, p. 16).
Acompañamiento de Sabás C. García, CMF., al colectivo de Familias Unidas por la Verdad y la Justicia en la inauguración de mural “¿Dónde está nuestros hijos?”, en el marco del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, Ciudad Juárez, Chihuahua, (2021, agosto). Foto: García, S. (2021).
En América latina, la práctica de la desaparición forzada de personas se estructura y se extiende durante las fases de las dictaduras entre 1960 y 1980 (Basaure-Miranda, I., 2018). En la década de 1970, en el transcurso de las dictaduras del Cono Sur, la desaparición forzada de personas se constituye en el eje mismo de la represión (Huhle, R., 2019, citado en ONU-DH México y CNDH, 2019).
En el caso de México, la desaparición forzada de personas no está desligada del contexto global. Por un lado, comenzó a ensayarse en forma sistemática a finales de la década de 1960 en la época conocida como “guerra sucia” (Spigno, I., y Zamora, C., 2020). Por otra parte, Ovalle, C. (2019) documenta que, las desapariciones forzadas en el México moderno se remontan al menos a la década de 1940, las cuales buscaban suprimir todas las expresiones de inconformidad de ciertos sectores. A grandes rasgos, en México se pueden distinguir dos significativos momentos: las desapariciones forzadas durante la “guerra sucia” (1960-1980 y años siguientes) y la “guerra contra el narcotráfico” (2006-2018).
Acompañamiento de Sabás C. García, CMF., al colectivo de Familias Unidas por la Verdad y la Justicia en el marco del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, Ciudad Juárez, Chihuahua, (2021, agosto). Foto: García, S. (2021).
La sistematicidad de las desapariciones forzadas de personas en México revela que se trata de un problema complejo, continuo e intencionalmente diverso según el contexto histórico. Durante la “guerra sucia” la práctica represiva se constituyó en una estrategia contrainsurgente que promovió la eliminación de las personas construidas socialmente como “enemigos”: “subversivos,” “radicalizados”, “comunistas”, “guerrilleros”. Por otra parte, en el transcurso de la “guerra contra el narcotráfico”, la persona desaparecida no es precisamente el sujeto politizado de la “guerra sucia”, pero tampoco lo excluye.
A partir de este segundo periodo, las probabilidades para que una persona, grupo o comunidad, sea víctima de la desaparición forzada es sumamente latente. La narrativa revictimizante y neologismos peyorativos ligados a las desapariciones forzadas que acompañan esta etapa son: “levantones”, “narcofosas” y términos asociados a las formas de muerte violenta de las víctimas, por ejemplo, “encobijados”, “encajuelados”, “baleados”, “ejecutados”, “daños colaterales”, etc. (García, S., 2022).
Acompañamiento de Sabás C. García, CMF., al colectivo de Familias Unidas por la Verdad y la Justicia en el marco del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, Ciudad Juárez, Chihuahua, (2021, agosto). Foto: Segovia, I. (2021).
Ciertamente, en fechas recientes (2018…) persiste una nueva narrativa —distinta al periodo de la “guerra contra el narcotráfico” (2006-2018)— respecto al problema complejo de la desaparición de personas, así como marcos jurídicos, instituciones pro víctimas y esfuerzos articulados por parte del Estado y las organizaciones de la sociedad civil a través de la Comisión Nacional de Búsqueda, entre otras acciones loables. No obstante, a pesar de estas iniciativas continúan grandes retos para responder efectivamente a las exigencias de justicia de los familiares de las víctimas.
Sabás Cristóbal García González, cmf
Inauguración de “un mural para continuar con la búsqueda de Daniel Armando” por miembros del colectivo Familias Unidas por la Verdad y la Justicia, Ciudad Juárez, Chihuahua (2022, abril). Foto: Lucero, F. (2022).
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