¿Cómo va a quedar el mundo después de la guerra de Putin? (II)
Miguel Ángel Velasco López cmf
MA in Development and Diplomacy. UNITAR
¿Es posible integrar a Rusia en el nuevo orden europeo?
Nos podremos preguntar cómo la Unión Europea, Alemania o la misma Ángela Merkel se han podido meter en este “callejón con difícil salida”, llamado “Amistad con Putin”. Muchos comentaristas en relaciones internacionales han hablado de un continente llamado Euro-Asia y, en concreto, de que Rusia es parte de Europa. Ciertamente es conveniente recordar el gran esfuerzo que Pedro el Grande o Catalina la Grande hicieron por europeizar de Rusia; hemos de admitir que la historia de Rusia, excepto en tiempos de la URSS, ha estado vinculada al resto de los países de Europa. Esto, sin dejar de admitir la famosa “alma rusa, parte europea y parte asiática”; habría que discutir bastante sobre los porcentajes europeo y asiático de la misma.
Con la caída del Telón de acero, la Unión Europea, Alemania, Italia, Países Bajos, Reino Unido, buscaron un acercamiento a los países del Este de Europa, incluyendo Rusia. Esto se produjo en parte por razones de lucro económico; en parte por idealismo romántico y en parte por decisiones políticas que buscaban un régimen de libertades en Rusia. Todo esto pudo ser posible con Gorbachov, e incluso con los dirigentes posteriores a él; pero la Rusia imaginada por Putin no es la imaginada por Gorbachov al cual, por cierto, odia Putin. Ha sido un enorme error de cálculo por parte de la UE. Al final la UE y, sobre todo Alemania, Países Bajos e Italia, se han visto enredados en los gaseoductos y oleoductos que calientan y dan energía a estos países.
Sin Putin, muy posiblemente, la situación sería diferente; esperemos que lo sea en un futuro no muy lejano. Muchos de los problemas, en Europa, en Asia y en África, tienen su raíz en las conferencias del final de la Primera y de la Segunda Guerras Mundiales: París 1919 y Yalta-Potsdam 1945. Estas conferencias reorganizaron el mundo y fueron hombres concretos con personalidades concretas, los que lo organizaron. Las consecuencias de estas conferencias han generado graves conflictos en Europa, Asia y África. En este momento todos, incluso los politólogos especializados en el Kremlin, nos hacemos nos preguntamos qué pretende Putin; parece que su cabeza no funciona bien viendo las decisiones que está tomando; algunos, cada vez más, piensan que su cabeza no ha funcionado nunca bien. Hay que tener cuidado con quién se elige para los cargos de gobierno. Los países democráticos, que pueden cambiar a los dirigentes, tienen que perfeccionar el sistema electoral para elegir a las personas adecuadas y, en su caso, hacer que finalicen su mandato cuando no desempeñen bien su cargo.
El nuevo orden mundial
¿Cómo va a ser el mundo tras el final de la guerra de Putin? No lo sabemos, a ciencia cierta, pero parece que la alianza EEUU y EU se afianzará. China será una potencia mundial importante muy interesada en mantener el equilibrio interior y las buenas relaciones comerciales exteriores. Respecto a Rusia, veremos cómo digiere la sociedad rusa, las graves consecuencias de la guerra, sobre todo en número de jóvenes muertos y el pago del coste de la guerra. El Orden Internacional habrá de ser necesariamente multilateral, no hay otra posibilidad, afortunadamente. En este Orden Internacional, Naciones Unidas, seguirá jugando un importante papel como lugar de diálogo, de legitimación internacional y de acciones concretas por la paz y la igualdad en el mundo. Una vez demostrado, una vez más, que es prácticamente imposible que el Consejo de Seguridad cumpla con sus funciones, quizá haya que buscar que organismos como el G20 (no el G7) que cumplan una función suplente semejante. Habrá que esperar a que termine la Guerra de Putin en Ucrania, para despejar este horizonte tan poco claro.
¿Y el resto del mundo? Somos herederos de una situación mundial en la que Europa ha sido el centro durante mucho tiempo. Parece que ahora podemos hablar del Norte, más que de Europa; pero parece, que lo adelantado en un multilateralismo que implicase a todas las zonas del mundo, ha retrocedido unos cuantos años. El COVID-19 y la guerra de Putin en Ucrania, nos han devuelto, si no al eurocentrismo, sí al “norte centrismo”. Tendremos, entre todos, que equilibrar poco a poco la balanza porque, además de Ucrania y Putin, hay muchas situaciones sangrantes en el mundo.
En el Blog han aparecido unos cuantos artículos sobre la acción que están llevando a cabo las Organizaciones Basadas en la Fe. En estos artículos se pueden encontrar pistas claras sobre cuál ha de ser la actitud de los cristianos, de las religiones y de todas aquellas organizaciones que toman como programas de acción la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Agenda 2030.
Miguel Ángel Velasco López cmf
Dresde. II Guerra Mundial
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