Cómo trabajar por la paz y la reconciliación en el noreste de la India
Benoy Thekkemoolamundayil CMF
Doctor en estudios sobre la Paz y los Conflictos
La situación del North East India
El North East India (Noreste de la India) es la patria de varios grupos étnicos. Hay ocho estados en la región con gente que pertenece a diversas culturas, tradiciones, hábitos, lenguas y sistemas sociales. La mayoría de los habitantes son de origen mongoloide, procedentes del sudeste asiático. La región comparte casi el 98% de su frontera con los países vecinos y sólo el 2% con la Unión India. Incluso antes de la independencia de India, los habitantes de esta región eran conscientes de su identidad étnica diferenciada, que se amplió en el periodo posterior a la independencia.
El regionalismo se ha introducido en la región y la integración nacional es un reto. La situación estratégica de la región, que comparte sus fronteras con muchos países vecinos, facilita que los extremistas operen desde estos países y obtengan ayuda de ellos. Esta variada naturaleza geográfica, cultural y lingüística de la región la hace vulnerable a los conflictos étnicos.
La región de NEI está considerada como una zona de conflicto de India, en lo que respecta a la etnicidad. Las comunidades y grupos luchan entre sí y contra el gobierno para que se materialicen sus demandas. Los habitantes de la región culpan a los gobiernos por su incapacidad para resolver los problemas que acechan a la región desde hace décadas. La lentitud del gobierno no hace más que agravar la situación de la región, que perturba la seguridad interna de la nación.
Los diferentes grupos étnicos de la región tienen la sensación de estar marginados y de que el gobierno central no se ocupa de ellos. También existe la sensación de ser despreciados por los indios del «continente». Existe la sensación, entre los distintos grupos étnicos, de que los gobiernos estatales gobernados por el grupo mayoritario explotan a los grupos minoritarios. Esto ha hecho que la gente tenga una mayor conciencia étnica y los ha unido para luchar por sus reivindicaciones.
Ha habido varios movimientos étnicos en el noreste indio debido a diversas cuestiones. Aunque los movimientos étnicos ya se veían antes de la independencia del país, su aparición se hizo más pronunciada y frecuente después de la independencia. Una de las principales razones es que los grupos étnicos tomaron conciencia de su identidad propia, queriéndola preservar a toda costa. Se puede decir que la mayoría de los movimientos tuvieron su origen en la toma de conciencia étnica y en el deseo de autodeterminación. Aunque los movimientos comenzaron de forma no violenta, cuando no se cumplieron las exigencias, se volvieron agresivos.
En la actualidad, la situación ha llegado a un punto en el que, si el gobierno no atiende una determinada demanda de una comunidad étnica, ésta siente que se trata de una negación de sus aspiraciones étnicas. Esto, a su vez, empieza a ejercer presión para conseguir una configuración administrativa separada o un estado. También se observa entre varios grupos étnicos que el éxito en sus reivindicaciones de un grupo étnico, les anima a seguir el mismo camino, para conseguir sus demandas.
Los conflictos de esta naturaleza no facilitan en absoluto las aspiraciones del pueblo y de la nación. De ahí que haya que resolverlos y transformarlos para lograr un mañana mejor. La paz no es algo que pueda lograrse de la noche a la mañana. Lograrla en una sociedad heterogénea requiere tiempo, paciencia, compromiso, perseverancia y voluntad por parte de las partes en conflicto y de las autoridades implicadas. “North East India”, al ser una sociedad multiétnica, requiere la cooperación y la colaboración de todos los rincones para alcanzar el estado de paz perdido. Por lo tanto, la unidad entre los diversos grupos étnicos es un requisito para fomentar las relaciones cordiales entre las diversas tribus y entre los estados para una existencia armoniosa.
Caminos de solución
Ningún conflicto en el mundo puede encontrar una solución duradera por la fuerza o ignorándolo. La única manera de lograr la paz es mediante el diálogo y la reconciliación. Los medios de comunicación, al poder ejercer una poderosa influencia, tienen el potencial de mediar en la unidad perdida entre las partes en conflicto. El verdadero periodismo apoya las actividades que reconstruyen una sociedad pacífica e intentan reducir los conflictos; tratan, además, de evitar que éstos se transformen en violencia. Los medios de comunicación pueden desempeñar una importante función en situaciones de conflicto para facilitar la consolidación de la paz. Dado que cada conflicto es único y dinámico, debemos abordar cada uno de ellos de forma independiente.
Los medios de comunicación están en una posición privilegiada para consolidar la paz. Unos medios de comunicación indiferentes e insensibles antes, durante y después del conflicto, contribuyen a la escalada de violencia. La responsabilidad que recae sobre ellos sugiere que, a menos que informen activamente en aras de la construcción de la paz y destaquen los esfuerzos de paz, la situación de conflicto tendrá repercusiones negativas.
La Iglesia y los Claretianos en la construcción de una sociedad pacífica
Para resolver y transformar cualquier conflicto, es importante involucrar a varios organismos que puedan movilizar a la población. Es injusto culpar únicamente al gobierno del fracaso en la resolución y transformación de un conflicto. La sociedad civil tiene un papel muy importante en el mantenimiento de la paz y la seguridad en la sociedad. Es aquí donde la Iglesia local y la Congregación en particular pueden facilitar la construcción de la paz.
Los Misioneros están en mejor posición para iniciar el diálogo, ofrecer programas de concienciación y fomentar celebraciones comunes como el Año Nuevo, la Navidad y las fiestas nacionales y locales para reunir a las partes en conflicto. Mediante nuestra visita a las familias de los distintos grupos étnicos, nos aseguramos de que sean respetados y aceptados. También podemos solicitar la ayuda de los organismos gubernamentales para que proporcionen el apoyo financiero necesario a las víctimas de la violencia. Tenemos que capacitar a las instituciones tradicionales para que defiendan los valores y costumbres tradicionales del pueblo sin diluir las políticas nacionales.
Debemos alzar la voz contra cualquier tipo de abuso, explotación e injusticia que se cometa contra cualquier persona de nuestro entorno. Podemos ser canales de paz sólo si comprendemos las causas profundas de los conflictos y las abordamos implicando a los actores del conflicto; hemos de hacer que la gente confíe en que su voz va a ser escuchada y valorada. Estando cerca de la “partes” activas en los conflictos, estaremos en mejores condiciones para comprender las causas profundas de los problemas y darlas a conocer a los responsables políticos y otros implicados; podremos, también, presentar sugerencias y posibles soluciones a la administración.
Hemos de tomar la iniciativa en actividades educativas, humanitarias y de atención sanitaria, pero tenemos que trabajar directamente con la gente concreta. Trabajado directamente con las poblaciones implicadas, podremos comprender la cultura, la fe, los sistemas de valores, las tradiciones e incluso las supersticiones que influyen en su modo de vida. Aparte de esto, en colaboración con el gobierno, debemos garantizar que se ofrezcan amplias oportunidades de trabajo a los jóvenes para que se dediquen a actividades constructivas. Dejemos que la construcción de la paz sea el esfuerzo combinado de todos los implicados, para crear una sociedad verdaderamente pacífica.
P. Benoy Thekkemoolamundayil CMF
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