Renovar la ONU: al servicio de la humanidad
La Tercera ONU y las Organizaciones Basadas en la Fe (FBO)
Miguel Ángel Velasco cmf
Miembro del equipo cmf ante la ONU
Desde 1990, con el incremento de las iniciativas en búsqueda de un nuevo horizonte social mundial, la ONU impulsó los encuentros abiertos a la Sociedad Civil y, por supuesto, dentro de ella, a las ONGs. Dentro de este movimiento liderado por el ECOSOC (Consejo Económico y Social), las FBO, tuvieron un incremento significativo de su presencia y protagonismo. ¿Qué pueden aportar las “NGO-FBO” a la ONU?
Tres ONU en una misma ONU
La ONU ha desarrollado tres tipos de ONU, dentro de la misma organización, a lo largo de sus años de existencia. La Primera ONU la forman los estados y los órganos de la Organización, donde son los estados los que deciden (Consejo de Seguridad y Asamblea General); una Segunda ONU la forman el Secretariado, el ECOSOC y, en parte, la misma Asamblea General; la Tercera ONU está formada por todas las ONG, think-tanks, Universidades, Grupos de Estudio e Investigación que ayudan y asesoran al nivel 1 y al nivel 2 de la ONU. Muchas veces se ha reconocido la importancia de la Sociedad Civil en la consecución de los objetivos de las Naciones Unidas, pero esto no es suficiente, se quiere ir más allá.
La Tercera ONU, se ha venido ampliando y consolidando a lo largo de los años de existencia de las Naciones Unidas. Muchas ideas, proyectos y organizaciones, que conforman el horizonte de actuación de las Naciones Unidas han sido posibles por el trabajo, la reflexión e incluso la presión, de este tercer nivel de la ONU. Podemos mencionar aquí algunos de los logros más importantes de las organizaciones pertenecientes a la Tercera ONU: el Tratado sobre las minas antipersonas (Otawa Convention on Landmines), el tratado sobre las Armas de destrucción Masiva, La Corte Penal Internacional (International Criminal Court), la transformación de los derechos de los Estados sobre sus ciudadanos en deberes de protección de sus derechos (Responsability to Protect, R2P), la clarificación de las funciones propias de las tropas de Peacekeepers, la formulación del Desarrollo Sostenible desde los Derechos Humanos, La Declaración del Milenio con los Objetivos de Desarrollo del Milenio o la Agenda 2030 de Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En un mundo tan tremendamente interconectado como el actual en el que las fronteras entre los países subsisten, pero están relativizadas por las infinitas conexiones supranacionales, la Tercera ONU es fundamental para conectar la Primera y la Segunda ONU con la realidad de nuestro mundo. A esta conexión ayudó sobremanera la introducción en la Carta de la ONU, del artículo 71 en el que se reconoce la entidad de la Tercera ONU y el derecho del ECOSOC y la Secretaría General a pedir colaboración a entidades externas para realizar su trabajo. Resultaría imposible que los estudios de situación y realidad fuesen realizados en exclusividad por los Órganos Principales definidos en la Carta. Los grupos de expertos, las Universidades, las ONG, han generado una reflexión potentísima en colaboración con los órganos de la ONU para definir más adecuadamente la correcta dirección de la Organización. Realmente forman parte de la ONU; sin estos actores hubiese sido imposible el cambio de la ONU hacia una organización útil para la nueva realidad de nuestro mundo.
¿Quiénes son, qué hacen y cómo colaboran las FBO?
Formando parte de la “La Tercera ONU” y de las ONG están las Organizaciones Basadas en la fe (FBO), como “PROCLADE Fundazione-Misioneros Claretianos”. Son Organizaciones No Gubernamentales, pertenecientes a la sociedad civil, vinculadas a creencias religiosas. Las “ONG-FBO” son: “organizaciones formales (no estatales) cuya identidad y misión se derivan conscientemente de las enseñanzas de una o más tradiciones religiosas o espirituales y que operan sin ánimo de lucro, de forma independiente y voluntaria, para promover y hacer realidad ideas articuladas colectivamente sobre el bien público a nivel nacional o internacional.” (Berger)
Es muy frecuente que, FBO pertenecientes a diferentes religiones y credos se unan, por tener objetivos comunes, en acciones o programas de acción concretos. Como vemos las FBO no se unen para colaborar necesariamente por las “raíces de una fe común”, sino para colaborar en objetivos comunes; en todo caso, la fuente de estos “objetivos comunes”, para unos y para otros, es la fe de referencia. Esta centralidad de los objetivos concretos (la misión) en las FBO, facilita la creación de grupos de colaboración y alianzas.
La presencia de las FBO en las Naciones Unidas
¿Cuántas FBO-NGO están reconocidas ante el ECOSOC (Consejo Económico y Social de Naciones Unidas)?. Su número ha crecido muy significativamente en las últimas décadas. En el año 2000 se podían identificar 180; en 2003 eran 263, un 8,77% de las 3000 ONG reconocidas; en 2010 eran 320, un 10,05% de 3.183. En 2014, 40.000 registradas ante la ONU, 3.700 ante el ECOSOC, de ellas aproximadamente un 10% FBO. El porcentaje de BFO sobre el total de ONG, se ha mantenido entre el 8% y el 10%; sin incluir the Holy See (the Catholic Church), the WCC (the World Council of Churches) o the OIC (Organization of Islamic Cooperation). De las 320 FBO, 187 cristianas (58%), 52 Islámicas (16%)
El fin de la Guerra Fría trajo un enorme optimismo en la construcción de un mundo sin barreras ni fronteras. La globalización de relaciones, encuentros, comercio y, valores-antivalores se incrementó de una manera espectacular. 1990 supone un año de impulso hacia una conciencia global de naciones y organizaciones. Este fenómeno sucedió con todas las organizaciones y, en concreto, con las FBO ya, de por sí, muy globales e internacionalizadas. Siendo la ONU el foro más global, entonces y ahora, no es extraño que estas FBO buscasen su expansión en redes mundiales y, en concreto, su presencia ante las Naciones Unidas. En esos años, la ONU, promovió encuentros internacionales centrados en justicia y derechos humanos que sirvieron como catalizadores para el interés de todas las ONG por la ONU. Las FBO encontraron en estos foros promovidos por Naciones Unidas unos lugares en los que dialogar y trabajar por objetivos-misión, relacionados con los valores de sus religiones. Estos encuentros sirvieron para acercar las FBO entre sí y a la ONU.
La integración explícita de las FBOs en el conjunto de la Tercera ONU ha debido tener en cuenta la clara elección de las Naciones Unidas por ser una organización sin afiliación religiosa. Pero no debemos olvidar que las FBOs, junto a otras ONGs estuvieron presentes en el origen de la Carta de la ONU y, especialmente, en los trabajos previos de la “UDHR” (Declaración Universal de los Derechos Humanos), con la inestimable guía de Eleanor Roosevelt. En la actualidad su presencia es creciente. Por un lado, el número de ONG y de FBO reconocidas con estatus consultivo ante el ECOSOC ha crecido exponencialmente; por otro lado, la influencia de estas organizaciones y las religiones en cada país y ante los embajadores de cada país en la ONU no ha dejado de crecer. En definitiva, la influencia de las orientaciones de la FBO y las religiones en el ámbito de los Derechos Humanos ha sido cada vez mayor a partir de 1990. Como ejemplo de la creciente relevancia concedida por la ONU a las religiones y a las FBO podemos mencionar la celebración en el 2000 del “The World Council of Religious Leaders”, organizado por Naciones Unidas, o la estrecha colaboración con una iniciativa de Naciones Unidas como es “La Alianza de las Civilizaciones”.
La importancia de estar en la ONU y el interés de la ONU en integrar a las FBO
A partir del final Guerra Fría parecía que se podían dar pasos hacia un mundo mejor para todos. El problema era resolver el “hacia dónde”. Fue un periodo de reuniones, conferencias y cumbres internacionales que redefinieron el rumbo de la ONU y que dieron como fruto final la Agenda 2030 con todos los acuerdos sobre el Cambio Climático. En esta redefinición de la ONO estuvieron presentes y activos ONG de todo tipo, entre ellas a las FBO, la Sociedad Civil, las grades corporaciones y los estados.
El “hacia dónde” de las Naciones Unidas implicaba un cambio estructural, que aún no se ha hecho totalmente realidad, y una necesaria implicación de la Sociedad Civil, las ONGs, incluídas las FBO, las empresas y los donantes particulares. De la misma manera que el proceso mencionado abrió el debate interno de la ONU a las aportaciones de la Sociedad Civil, era imposible llevar adelante el cumplimiento de los ODM y mucho menos de la Agenda 2030, sin su implicación. Por cierto, una participación activa y también crítica; como han sido las duras palabras dirigidas al Banco Mundial en 2002, por el World Council of Churches (WCC) en el escrito “Lead Us not into Temptation” (“No nos dejes caer en la Tentación”) o las del Papa Francisco en “Laudato Si” o “Fratelli Tutti” contra la Globalización Neoliberal. A pesar de las críticas la decisión de las religiones, sobre todo de las cristianas, ha sido participar activamente en la vida de las Naciones Unidas formando redes de colaboración y transformación en todo el mundo.
Lo que pueden hacer las FBO por una ONU renovada
Las Religiones y, como consecuencia, las FBO basadas en ellas, están llamadas a ser constructoras de paz. Los Derechos Humanos son un punto de encuentro fundamental entre las religiones, las FBO y las Naciones Unidas. El gran esfuerzo que las religiones han realizado durante decenios por hacer confluir en los temas de sus encuentros y comunicados en los Derechos Humanos, así lo muestran.
Una cuestión que asalta constantemente la credibilidad de las Naciones Unidas es el problema de la legitimidad a la hora de representar a los 7500 millones de personas de nuestra humanidad. ¿Hasta qué punto la ONU afronta los verdaderos problemas de la humanidad? ¿hasta qué punto los planes aprobados por el Sistema de Naciones Unidas llegan a solucionar los verdaderos problemas de las personas y los pueblos? Las religiones y, en concreto las FBOs tienen contacto directo con las personas en todo el mundo y, además, poseen una gran credibilidad ante ellas. Son interlocutores no sólo adecuados sino imprescindibles, si las agencias de las Naciones Unidas quieren conocer lo que está sucediendo en cada micro-mundo y cómo llegar a solucionar sus urgencias. El reto de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, enormemente compleja como lo es nuestro mundo, exige la unión de reflexión, programación y acción de todos los actores de las Tres ONU; en concreto, de la aportación de religiones y FBO. Necesita también de la tenacidad, convicción y permanencia de las FBO, debido a sus convicciones de carácter religioso.
Miguel Ángel Velasco cmf
Miembro del equipo cmf ante la ONU
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